Que no te de miedo aprender, intentándolo

Días atrás estaba pensando lo contradictoria que he sido en algunos momentos de mi vida, me acorde cuando hace 20 años atrás me lanzaba al abismo de mis deseos sin pensarlo tanto y aunque tenia miedo intentaba aprender en el camino todo aquello que me llamaba o me hacia ojitos y en ese sentido creo que mi esencia ariana brillaba en su esplendor, mi determinación era el poder que tenía en ese momento para no dejar que nadie frene mis impulsos creativos, a cada oportunidad que se me presentaba le veía un beneficio para mi crecimiento y por ende para mi felicidad, conforme paso el tiempo y tenía más herramientas y logros que me hubiesen llevado más lejos que en mis inicios, de repente me estacione en un lugar de comodidad, a observar como pasaban los días, no es que no hacia nada, hacia lo mismo de siempre y aunque no dejaba mis hábitos de aprender y leer, si había perdido algo, algo que era mi gasolina para motivarme, mi estimulo para vivir nuevas experiencias, mi paracaídas para atravesar el aire de mis ideas, me había olvidado de soñar, pase años sin soñar, ahora que lo escribo me parece increíble, fueron años que mi espíritu estaba marchito y no veía los colores y brillitos que con frecuencia acompañan mis pensamientos. Y es que puede ser muy cliché esa frase que dice “no dejes de soñar”, pero yo de verdad creo que los sueños son muy importantes, a partir de los sueños se generan historias que cambian la realidad, a partir de los sueños se genera la magia y la expansión de las personas, son los sueños los que te marcan el camino, los que impulsan el deseo, la voluntad y luego gestionan la acción. Cuando me di cuenta que mis sueños estaban dormidos fue revelador, fue como abrir los ojos a la claridad, me emocione como un niño cuando encuentra la respuesta de una adivinanza, fue un ¡Ah, eso era lo que me pasaba! ¡cómo no me di cuenta de tremenda ausencia.!

Desde entonces los sueños no han dejado de surgir en mi mente, si estoy despierta o estoy dormida ahí están ellos, yo los cuido y los observo mientras dejo que marquen mi compás, mi propósito, ahora con nuevos retos, nuevas ideas, enfocando mi energía en lo que si deseo con todo mi corazón, recuperé mi esencia y ahora más madura, más grande y más convencida que en la vida todo es posible si lo intentas, inténtalo, no necesitas más de lo que ya eres, la Verónica de 20 años atrás lo intento sin tener tantas herramientas, la Verónica de 20 años después se quedo en la comodidad teniendo todas las herramientas, hasta que se dio cuenta que el fuego que la encendía estaba apagado, que lo único que necesitaba para no quedarse estacionada ahí, era encenderlo.

Con cariño.

Vero Sofía.

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